jueves, 2 de junio de 2011

Manuel Galiana: “Mi sueño era convertirme en el mejor actor de cine del mundo”.

El polifacético actor Manuel Galiana, nace en Madrid, en 1941. El mismo año que se estrena “Ciudadano Kane” de Orson Welles, considerada una obra maestra del séptimo arte. Quizá esto era sólo una señal del éxito que le esperaba en el futuro.

Setenta años después es probablemente uno de los mejores actores de nuestro país. Conocido por trabajar tanto en cine como en televisión y teatro carece de cualquier aire de grandeza, lo que es más, es todo amabilidad y cercanía en las conversaciones tú a tú.




Se matriculó, a muy temprana edad, en la Escuela Oficial de Cine donde estudió interpretación. Allí terminó sus estudios con el premio extraordinario de fin de carrera lo que le hizo pensar que iba por el buen camino. Fue en ese momento cuando se cruzaron en su camino las ofertas de teatro y televisión.

Galiana ha interpretado más de una veintena de películas. En todas ellas desempeñó papeles pequeños, pero fundamentales, según afirma el propio actor, ya que, para él, la única la diferencia entre un papel grande y uno pequeño es que en el transcurso de lo que va a ser la historia, uno aparece más que el otro, pero que es necesario que ambos papeles estén bien hechos. Tuvo la suerte de tener magníficos profesores, a lo largo de su vida, y el lujo de trabajar con directores magistrales de nuestro país. En Mi hija Hildegart (1977) podemos ver a un jovencísimo Galiana desempeñando el papel del periodista Eduardo de Guzmán. La opinión de Galiana sobre esta película es que “fue una película en la que mi intervención fue muy poca y luego no tuve ocasión de volver a repetir con el gran Fernán Gómez”. Con quien sí tuvo oportunidad de trabajar en más de una ocasión fue con José Luis Garci, ya que participó en tres de sus películas. La primera de ellas Tiovivo (2004). “Tenía muchas ganas de trabajar con Garci”. El actor, que comparte una gran amistad con el director, asegura que fue un placer  trabajar en esas producciones. “Tiovivo es una película preciosa, con uno de los mejores repartos de toda la historia del cine español. Hay secuencias magistrales”. “Luz de domingo (2007) es una bellísima historia. Mi trabajo fue bueno, incluso estuve en la lista de los premios del círculo de escritores aunque se lo llevó mi compañero Larrañaga y bueno, esta última, Sangre de mayo (2008) tiene secuencias magistrales, como la de la carga de los mamelucos en Madrid, de un director de Óscar”.


           


Todo eran luces, cámara y acción hasta que llegaron las tentativas ofertas de la televisión y cómo no, de la que luego se convirtió en su gran pasión, el teatro. Saltó a la fama con la  serie de televisión Escenas de matrimonio. “Fue un boom muy grande porque tuvo una audiencia millonaria. Hubo picos de 6.500.000 de espectadores y eso en una serie diaria es un hito”. En 2009 dio vida a Pepe, el padre de Adriana, en la serie Doctor Mateo, y en la actualidad se puede seguir al actor a diario en la serie, también de Antena 3, Bandolera. Señalar que la principal vocación de Galiana es el teatro, donde realizó la mayoría de sus trabajos. Actualmente, tiene varios proyectos pero ya no con fin interpretativo sino de dirección, con su compañía “Martes teatro”.  

El azar quiso que un buen día nuestros caminos se cruzasen y tuvimos esta conversación.

Pregunta: Preséntese usted mismo. ¿Quién es Manuel Galiana?
Respuesta: Un actor

P: A lo largo de su vida ha pasado por diferentes etapas laborales, ha trabajado tanto en cine como en televisión y teatro. ¿Qué le ha aportado cada uno de ellos?
R: Todos me han aportado lo mismo, la felicidad de hacer lo que me gusta.

P: ¿Qué supone trabajar en cine-televisión-teatro?
R: La única diferencia que encuentro entre un trabajo y otro son los horarios y que del teatro se disfruta más como actor porque permite hacer un personaje de principio a fin, mientras que en televisión o en cine vamos secuencia por secuencia, plano a plano y eso resulta más pesado.

P: ¿Qué se necesita para trabajar en cada uno de ellos?
R: Primero suerte para que alguien te reclame y te incluya en un reparto. Suerte, salud y capacidad para poder hacerlo.

P: Centrándonos en su vida como actor de cine, me resultó curiosa la diferencia que existe  entre los papeles que ha interpretado. Todas las películas en las que participó son dramas, en cambio, sus papeles en televisión tienen un carácter humorístico. ¿Con qué tipo de personaje se identifica más?
R: He sido un actor que he procurado hacer todos los géneros y los he hecho. Todos los géneros, de la comedia a la tragedia. Precisamente cuando se me concede el Premio Nacional de Teatro se hace constar esa circunstancia, pero me identifico más con las cosas buenas.

P: Siguiendo con los personajes que ha interpretado en el cine, observé que todos ellos son secundarios, ¿por qué? ¿No le gustaría protagonizar una película?
R: Claro. Mi sueño era convertirme en el mejor actor de cine del mundo. Todavía estoy esperando con la misma ilusión de cuando tenía 20 años, ese gran personaje para hacerlo en una película. Los que he hecho si han sido papeles secundarios pero están bien. Yo procuro pensar con mucha fuerza en las cosas que deseo por aquello que dicen que si las piensas muy fuerte se concederán.

P: Desde su última aparición en la gran pantalla, en 2008, no ha vuelto a rodar una película. ¿Cómo ve el cine español actualmente? ¿Qué ha perdido y qué ha ganado?
R: Bueno (risas). Lo veo regular porque cada vez hay menos dinero para hacer las películas. Gran parte del dinero que hay se pierde en muchas otras películas que no merecen la pena. Los miembros de la Academia de Cine solemos ver gran parte de las películas que se hacen y lamentablemente se salvan pocas. El director de cine a veces piensa más en él que en el espectador. Se cree tan artista que cree que hace la película para él, pero no, no haces una obra para ti con dinero público… El artista que no vive para el público yo no lo concibo. Yo concibo el arte como un servicio a la sociedad.

P: En una ocasión dijo que el teatro debe conservar su función social, ¿cree que debe tener también esa función social el cine?
R: Sí, claro. Te hablo en general de arte. Quiero hacer un trabajo que comunique algo al espectador, que le diga algo.

P: También dijo una vez que “no hay papeles dignos ni indignos sino actores buenos y malos”. ¿Qué opina de esa afirmación?
R: Me refería a que no se debe trabajar en una cosa que a ti no te gusta o no te parece bien. Los papeles pequeños son tan importantes como los grandes. ¿Qué diferencia hay entre un papel grande y uno pequeño? Que a uno se lo ve más en lo que va a ser el transcurso de la historia y al otro se le ve menos pero tiene que estar igual de bien hecho. Mira cuando empecé a estudiar interpretación, que estaba yo todavía en el instituto, tuve la oportunidad de trincar un libro, leerlo y leí una cita de Goethe que decía: “Me gustaría que el escenario tuviera la anchura de una cuerda floja para que nadie que no estuviera preparado pudiera atravesarlo”. Aquello me marcó y desde entonces siempre he tenido un respeto enorme al escenario. Entonces si no estás preparado, si no vas a hacer las cosas bien es mejor no hacerlas.

P: El destino quiso que nos encontrásemos en Valladolid sólo unos días después de que presentase en la ciudad su obra “Clara sin burla”. ¿Tiene previstos más proyectos en la ciudad vallisoletana?
R: Me gustaría presentar el segundo espectáculo que estoy montando con esta compañía mía, con “Martes Teatro”. Desearía que se representase en el Teatro Zorrilla la obra que se llama “Baile de huesos” y no sé si las próximas cosas que voy a hacer de teatro irán a Valladolid, espero que sí.

P: En 1998 le otorgaron el Premio Nacional de Teatro y la Medalla de Oro de Valladolid. ¿Qué significaron para usted esos galardones?
R: La Medalla de Oro de Valladolid ya me la habían ofrecido antes… De Valladolid tengo afortunadamente 5 premios por eso te digo que Valladolid es un sitio que especialmente me gusta. Yo actúo siempre para premio. Luego me lo darán o no pero yo procuro trabajar siempre para premio, pero el premio gordo es el público. Ese es el que decide si le gustas o no le gustas y ese premio lo tengo y lo disfruto todos los días.

P: Haciendo balance de su vida, ¿qué le ha llenado más, el cine-teatro-tv?
           R: El teatro. El teatro cuando te ha ido bien… (Audio)







P: Debido a sus años de profesión, ¿se considera un buen actor o todavía le quedan cosas por aprender?
R: Sí, supongo que sí. Es la ciencia que nunca acaba, por eso me divierte. Cuando creo que ya tengo un personaje cada vez le encuentro más cosas, de que en algunas estaba equivocado y las puedo mejorar. Esta es una profesión en al que se está siempre aprendiendo.

P: Ya para terminar, ¿qué les diría a todos aquellos jóvenes actores para que sigan a delante?
R: (Audio)




Pasan rápidos los años y la vida se nos acorta a todos. La mayor pena de este gran actor es la imposibilidad de cumplir todos los sueños que vagan por su mente. A pesar de sus 70 años no se rinde y asegura que mientras su cerebro y el resto de su cuerpo aguanten seguirá trabajando. Galiana confiesa no querer retirarse nunca. Confiesa que le gustaría estar haciendo cosas continuamente. No cabe en su cabeza como en la de tantos otros actores, la idea de retirarse, y asegura que no dejará de actuar hasta que el silencio se apodere de su teléfono. Con amargura en su voz y mirada triste, finaliza nuestro encuentro con las siguientes palabras: “El cine para mi es mi asignatura pendiente. Yo sé que podía haber hecho mucho” y “eso sí me ha dejado un poso ahí”.


Elisabet Alba Rodríguez
1ºA Grado Periodismo

No hay comentarios:

Publicar un comentario